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caballos del vino subiendo la cuesta

Caballos del Vino de Caravaca de la Cruz

Se trata de un festejo único en el mundo que se celebra los primeros días de mayo en Caravaca de la Cruz. Una fiesta que combina el arte, la competición, la tradición, la convivencia, la historia y el amor por los caballos. Una fiesta que, todo aquel que la conoce, la vive con intensidad y jamás la olvidará. En esta página queremos contarte con todo detalle el festejo si aún no lo conoces. Ya solo te faltará venir en mayo a conocerlo.

La leyenda

Cuenta la leyenda que en un hecho histórico del siglo XIII en el Castillo de Caravaca, cuando la población cristiana se encontraba dentro fortaleza debido a las constantes batallas que sofría la villa de Caravaca, siendo tomados los alrededores por las tropas musulmanas.

Los alimentos empezaron a ser escasos, debido a los saqueos y los daños que se producían en los huertos de la ciudad. Los cristianos empezaron a enfermar y las reservas de los alimentos a desaparecer. Decidieron ir en busca de alimento, porque incluso las aguas de los aljibes se habían infectado, tras largas caminatas pudieron encontrar un casa con una bodegas en su interior, no encontrando agua, decidieron cargar el vino en los cuales eran portados por los caballos. A la llegada al santuario encontraron un gran cerco musulmán que impedían el paso. Los templarios se cogieron al caballo, dos delante y dos detrás, defendiendo ese único alimento. Sorteando la defensa enemiga, subiendo a la carrera los odres de vino cargados en un caballo. Posteriormente el vino fue bendecido por la Stma. Cruz de Caravaca, el cual fue dado a beber a los enfermos, que milagrosamente sanaron al beberlo.

La fiesta

Esta fiesta muestra su origen con la ceremonia de la bendición del vino y las flores por la santísima y vera cruz de Caravaca. Las primeras referencias documentales aparecen en el siglo XVII. Desde entonces, han sido evolucionado, hasta mostrarse en la actualidad como un triple concurso repleto de fuerza, belleza y emoción: el de caballo a pelo, donde se valorara la figura y el porte del animal; el de enjaezamiento, que premia la belleza y calidad de las piezas y su adecuación al caballo que lo porta; y el de carrera, donde destreza y velocidad se enfrentan al implacable veredicto de cronómetro.

Los actos

La fiesta comienza el 1 de mayo con el concurso a pelo. Las peñas, con sus correspondientes caballos, recorren las calles de la ciudad, donde se premia la morfología del equino en su estado puro.

El 2 de mayo es el día grande de la fiesta de los Caballos del Vino. La actividad comienza en plena madrugada con el ritual de “vestir al caballo”, situación emocionante e intimista, donde cada movimiento contribuye a completar el ajuste exacto de cada una de las piezas. Tras varios pasacalles y desfiles, a medio día, en la subida al castillo, tiene lugar la legendaria carrera de los Caballos del Vino.

Se trata de una prueba cronometrada, que el caballo realiza acompañado por cuatro mozos que correr a su lado, agarrados a él, dos delante y dos detrás, produciéndose la eliminación si alguno de ellos se suelta antes de cruzar la meta. Son 80 metros de pronunciada pendiente que, los más veloces, cubren en apenas 7 segundos. Momento cumbre del festejo y un excepcional ejercicio de competición y maestría el que derrocha este espectáculo insólito, repleto de pasión, emoción y fuerza.

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